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Ostoecondrosis

 

El mecanismo extensor de la rodilla está compuesto por el cuadriceps (vasto medio, vasto lateral, vasto intermedio y recto femoral), el tendón cuadricipital (la unión final de estos músculos) que se une al polo superior de la rótula y el tendón rotuliano, que va desde el polo inferior a la tuberosidad tibial anterior. Estas estructuras soportan cargas varias veces superior al peso corporal durante el deporte o los esfuerzos.


La rotura del tendón rotuliano puede ser la fase final de una tendinopatía crónica o  puede ser una lesión aguda, por un traumatismo directo o indirecto. Estas roturas suelen ser completas, a diferencia de las primeras, son muy incapacitantes y, a diferencia de las tendinopatías crónicas, su tratamiento es necesariamente quirúrgico. Afortunadamente es una lesión rara. 

El tendón rotuliano o patelar es uno de los más potentes del cuerpo humano, tiene unos 4 ó 5 centímetros de largo, por algo menos de 3 de ancho y aproximadamente uno de grosor. Forma parte del mecanismo extensor de la rodilla, junto con el cuádriceps, el tendón cuadricipital, la rótula y el tendón rotuliano, que se inserta en la tuberosidad tibial anterior. Su función es la extensión de la rodilla. Es fundamental para mantenernos de pie, erguidos, saltar, correr o andar.


La rotura del tendón rotuliano es una lesión rara. Generalmente ocurre después de la contracción violenta del músculo del muslo o cuádriceps, por ejemplo, al golpear una pelota.


Los mismos factores extrínsecos (calzado, la superficie, el tipo de entrenamiento) o factores intrínsecos (displasias o malformaciones de la rótula, la laxitud articular, la capacidad y flexibilidad muscular y tendinosa, las alteraciones del eje de las piernas, sobrepeso, edad, alteraciones metabólicas o enfermedades sistémicas) que podrían contribuir al desarrollo de una tendinopatía crónica rotuliana estarían implicados en el desarrollo de las roturas parciales, como forma final de una tendinopatía crónica, pero su papel en las roturas agudas está menos definido. 

 

En las roturas agudas los factores más comúnmente postulados son el sobrepeso y los deportes de salto, carrera, contacto, el levantamiento de peso, la musculación excesiva o el uso reiterado de esteroides anabolizantes, que debilitan el tendón, pudiendo favorecer esta lesión. Muchos de los deportistas que sufren esta grave lesión no tenían molestias en el tendón previamente, aunque ya hemos visto que esto no quiere decir que no pudiera existir una degeneración del tendón previa.

El paciente refiere una impotencia brusca para la extensión de la pierna, con sensación de fallo al apoyarla o hacer fuerza. El paciente suele notar un dolor fuerte, agudo e invalidante. Se puede acompañar de un chasquido, como en la rotura del ligamento cruzado anterior u otras lesiones de rodilla, seguido de la impotencia funcional para caminar.
El diagnóstico empieza con la sospecha clínica. En el momento inicial los retináculos laterales pueden evitar el ascenso de la rótula en las radiografías. En los días siguientes esta puede verse ascendida. Se puede palpar una zona de debilidad en la rodilla, justo debajo de la rótula. Otras maniobras de exploración, si se pueden hacer en agudo, nos descartaran lesiones de ligamentos u otras estructuras de la rodilla.

Lesiones de Rodilla